Las flores verdes, que salpican suavemente el paisaje cubierto de escarcha, emergen del bosque nevado como espejismos en medio de un paraíso invernal.
Estas preciosas flores, a veces denominadas “rosas esmeralda”, florecen a pesar del frío de la estación, aportando un toque de color al entorno, que de otro modo sería blanco. Perdámonos en la seductora acumulación de flores verdes que se abren en la nieve.